
El 10 de enero de 1971, Gabrielle Chanel se apagaba a los 87 años en una habitación del Hotel Ritz de París. Su muerte parecía el fin de una época, pero 50 años después aquella huérfana sin recursos que revolucionó la silueta femenina sigue siendo la figura por excelencia de la moda francesa.
En un mundo de fasto y apariencia, Chanel supo construir una identidad exuberante a partir de una infancia miserable, motivo por el que su vida sigue estando hoy rodeada de mitos y medias verdades.