Diego Maradona era un adicto. Lo fue a la cocaína y también al alcohol. El adicto no lo es a una sola droga o acción sino que tiene una predisposición a las “conductas peligrosas o de consumo de determinados productos, en especial drogas, y que no puede prescindir de ello o le resulta muy difícil hacerlo por razones de dependencia psicológica o incluso fisiológica”, tal y como indica la definición del término.
Su caso era de tal gravedad que su entorno mencionó en distintas oportunidades la presencia de una demencia alcohólica, que no es otra cosa que el estado de una persona como consecuencia del consumo prolongado y abusivo de alcohol pero, en lugar de asistirlo, se reían, burlaban y aprovechaban de la situación, según se desprende de la causa a la que tuvo acceso TN.com.ar.