El estrés, la ansiedad, la incertidumbre, la sobrecarga de preocupaciones y tareas, y el miedo generalizado que provocó la pandemia por coronavirus disminuyeron el apetito sexual a nivel mundial, sobre todo el de las mujeres.
Así lo corroboraron varios estudios científicos publicados a lo largo del año en distintas revistas internacionales de salud. Sin embargo, no todo está perdido.
La ciencia avanza en la lucha contra el COVID-19, y cada vez más personas se inmunizan.
Poco a poco, la vida va acercándose a la antigua normalidad.