
Mientras avanza el cronómetro activado por el Gobierno para que los constructores del canal en el río Masacre detengan la obra a más tarde este jueves, porque de lo contrario, el cierre será indefinido y por todos los accesos, los comerciantes dominicanos «cruzan los dedos» para que el impasse no se prolongue más de la cuenta.
Cuando la pandemia del COVID-19, la inactividad comercial lesionó a muchos vendedores y algunos no se recuperaron, recuerda Abigaíl Bueno, presidente de la Asociación de Comerciantes de Detallistas del Mercado de Dajabón, gremio que agrupa a más de 100 mercaderes de esa provincia.
«De que es notoria la ausencia es notoria. Dajabón, ahora mismo tú lo ve y es como un cementerio«, expresó Bueno, y agregó: «No hay circulante, no hay dinero», tras el cierre del mercado. Para 2022 y en condiciones normales, el intercambio comercial de cada jornada figuraba entre 70 y 80 millones de pesos, acorde a datos de la Alcaldía de Dajabón.