
Cuando tenía tres años, la nieta de Solángel Díaz sufrió un accidente cuando bajaba de una ventana y su cabeza chocó con la hélice del abanico de techo que se encontraba en la habitación.
La niña sufrió daños en la cabeza, pero después de una operación, no han logrado conseguir a un neurólogo pediatra cuyos servicios puedan costear.
Luego de dos años, la niña aún sufre por los daños que ese accidente le causó y debido al descuido de los médicos porque a solo un mes de su operación se desligaron del seguimiento necesario, según cuenta entre llanto su abuela, al ver como su nieta la desespera con sus dolores de cabeza y porque teme que pueda perder la vida.