
Por Migul Guerrero
El destacado periodista Marino Zapete no est谩 siendo objeto de persecuci贸n por sus ideas que molestan o inquietan al Gobierno, porque si as铆 fuera no saliera de los tribunales. 脡l ha sido sometido por una ciudadana a la que ha acusado de recibir contratos del Estado otorgados supuestamente violando las leyes establecidas. Es una acusaci贸n muy espec铆fica que la persona afectada ha llevado a la justicia por entender que perjudica su honra y la de su familia.
El se帽or Zapete sostiene tener las pruebas para demostrarlo y se neg贸 a retractarse. Por eso, el mejor escenario para hacerlo se lo ha brindado su acusadora al llevar el caso a un tribunal. La acci贸n en su contra en modo alguno implica una violaci贸n de sus derechos como periodista y mucho menos un ataque a la libertad de prensa o la libre expresi贸n del pensamiento y quienes creen lo contrario no le prestan ning煤n servicio a esas libertades fundamentales del sistema democr谩tico, como tampoco al periodismo.
Cuando se sinti贸 agraviado por otro colega, el periodista llev贸 su queja ante un tribunal que le dio ganancia de causa y la acci贸n no moviliz贸 ninguna protesta en los c铆rculos period铆sticos o de la sociedad civil, porque en aquella ocasi贸n, como en esta, no se trataba de un acto de persecuci贸n pol铆tica. Quienes ejercen el periodismo no est谩n exentos de responsabilidad por sus excesos.
Las leyes son de universal cumplimiento y nadie, absolutamente nadie, est谩 por encima de ellas. Naturalmente, por afirmarlo me caer谩n rayos y centellas; los muy conocidos estereotipos propios de la incapacidad para el debate, sin que alguien diga que con ello se violen mis derechos de decir lo que pienso y defender lo que creo.
La prensa, como instituci贸n, ha declinado la tarea de fijar los l铆mites de su responsabilidad. Por eso se escuchan y leen en los medios todos los desprop贸sitos que lesionan su reputaci贸n y los fundamentos de su existencia.
