Cierre de ingenio Amistad aumentó la pobreza en los Llanos
El último pitazo que salió por la chimenea y marcó el cierre definitivo del ingenio Amistad ocurrió a mediado de 1999, de paso esta medida tomada por el gobierno de Leonel Fernández Reyna, dejó sin fuente de empleos a 2,500 personas. Alegó baja rentabilidad.
El cierre de esta empresa azucarera fundada en 1892 sumió en la miseria y convirtió en “cementerio de hombres vivos” a las cabezas de familias, sobre todo de la comunidad Llanos de Pérez, dónde operó.
Este central llegó a producir 17 mil tareas, de las cuales 12 mil fueron propiedad del Consejo Estatal del Azúcar y las restantes del colonato privado.
Exempleados que ocuparon posiciones ejecutivas, mandos medios y de dirección general, entre ellas Joaquín Antonio Bidó, Wascar González, Bienvenido Trejo (Biencito), lamentan que fuera cerrado, porque sirvió de sustento y fuente de empleos para trabajadores fijos y temporeros.