El terremoto más grande de la historia: la Tierra tembló como si hubiesen arrojado 23 mil bombas atómicas

Miles de relojes -rotos, destrozados, aplastados- se detuvieron exactamente a la misma hora, las 15:11 de la tarde, cuando el suelo se sacudió a lo largo y lo ancho del territorio chileno con una intensidad de la que ningún ser humano tenía memoria ni había registro en la historia. En un lapso de diez minutos ciudades enteras se hundieron, se derrumbaron miles de casas, otras zonas se elevaron varios metros, un volcán entró en erupción, se cayeron puentes y varios ríos cambiaron su cauce. Los muertos se contaron por miles y los damnificados en más de dos millones.

El terremoto era como un gigantesco cíclope que con un enorme mazo iba aplastando todo con furiosa ira. Un solo golpe y abajo la torre del cuartel de Bombas… Impuestos Internos, el Centro Español, la Catedral, la Iglesia Evangélica y tantos otros. De pronto el gigante enloqueció y empezó a repartir mazazos a diestra y siniestra, dejando brutalmente herida a toda la ciudad”, describió Hernán Olave, en su libro Horas de tragedia, el impacto que tuvo en Valdivia -lugar del epicentro- el mega sismo que sacudió a Chile el 22 de mayo de 1960, con una magnitud de 9.5 en la escala de Richter, la más alta registrada desde la existencia del sismógrafo.

Eso no fue todo. Unos quince minutos después un tsunami con olas superiores a los diez metros arrasó con buena parte del sur del país, causando gravísimos daños en Valdivia, Corral, Puerto Saavedra, Isla Mocha, Maullín, Ancud, Castro, entre otras localidades.

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